Nos encontramos ante un paisaje agrario. Entendemos por paisaje agrario la morfología del espacio rural. Resulta de la transformación del medio natural por el poblamiento y la actividad agraria.
El medio físico presenta un relieve accidentado con pendientes, cuyas formas escarpadas se deben a la acción glaciar. La vegetación se escalona en función de la altitud: en las zonas más bajas se localiza el bosque caducifolio (roble y haya) que en áreas próximas al valle ha sido roturado y transformado en prados. Por encima del bosque, donde la altitud y las temperaturas impide el crecimiento de porte arbóreo, se suceden matorrales, prados de altura y plantas rupícolas.
El clima de montaña se caracteriza por precipitaciones abundantes, que en invierno caen frecuentemente en forma de nieve, y temperaturas frías en invierno y frescas en vearno.
El espacio agrario se organiza en parcelas ocupadas por pastos y bosques. Son de pequeño tamaño (minifundios), forma irregular y cerradas. Los usos agrarios del suelo predominante en este paisaje son el ganadero y el forestal. Además, es frecuente la existencia de pequeños huertos, junto a las casas, que proporcionan hortalizas y algunas frutas.
En cuanto a la actividad ganadera, se caracteriza por la presencia de ganado que pasta en los prados de las zonas de valles y de las laderas de fuertes pendientes. El ganado es, fundamentalmente, bovino y ovino. El bovino, en régimen extensivo o mixto, pasta en verano en los pastos de altura y en invierno en los más bajos y próximos a la aldea. El ovino, en régimen extensivo, pasta en las zonas más más abruptas. En ambos casos, la producción principal es cárnica, sobre todo de terneros para cebo.
Con respecto a la explotación forestal, el bosque permite el aprovechamiento de la madera y de la leña proporcionada por el roble y el haya. Los matorrales proporcionan estiercol.
El poblamiento es disperso, localizado en el fondo del valle.
Nos encontramos ante un paisaje agrario localizado en una zona de montaña, concretamente en los Picos de Europa (Asturias).
En este paisaje pueden adivinarse algunos problemas. Entre ellos, la baja densidad de población y los limitados equipamientos. Por esto, estas zonas suelen estar sometidas a un fuerte proceso de emigración. Para paliar este problema, la reforma de la PAC de 2013 incrementa los fondos destinados al desarrollo rural, que incluyen ayudas económicas a la población y fondos para diversificar las actividades económicas como puede ser el desarrollo de un turismo rural sostenible, aprovechando recursos como la belleza paisajística y sus posibilidades para el desarrollo del ecoturismo.
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